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Por primera vez en la historia registrada, un grupo de orcas ha sido avistado en las costas del norte de Perú, específicamente en la región de Piura. Este evento sin precedentes ha causado gran revuelo entre la comunidad científica, ya que nunca antes se había documentado la presencia de estas criaturas en esta zona. Un equipo de investigadores, liderado por la bióloga marina Gabriela Fernández, ha logrado capturar imágenes exclusivas de la manada mientras cazaba lobos marinos y delfines oscuros, revelando comportamientos de caza cooperativa que hasta ahora eran desconocidos en la región.
El avistamiento, que ocurrió en agosto de 2023, fue notificado por pescadores locales, quienes sorprendidos observaron a estas majestuosas criaturas acercarse a sus embarcaciones mientras realizaban faenas de pesca. Las orcas, lideradas por una hembra bautizada por los científicos como “Tierra”, utilizaron tácticas complejas para acorralar a sus presas. Los lobos marinos, quienes en otras ocasiones habían sido los mayores beneficiados de las redes de pesca, se convirtieron en objetivos de las orcas. “Es una oportunidad única poder observarlas tan cerca de la costa y estudiar sus patrones de comportamiento en un entorno natural”, comenta Fernández, investigadora principal del Instituto Marino del Perú (IMARPE).
Un comportamiento nunca antes visto en las aguas de Perú
Este avistamiento marca un punto de inflexión en el estudio de las orcas en el hemisferio sur, particularmente en la región del Pacífico. Aunque se sabe que estos cetáceos habitan en todos los océanos del planeta, la información sobre su presencia en aguas peruanas es limitada. Hasta ahora, la investigación sobre las orcas en el hemisferio sur se ha centrado principalmente en las aguas de la Antártida y sus cercanías, por lo que este descubrimiento en las aguas cálidas influenciadas por la corriente de Humboldt ofrece una nueva perspectiva.
Los científicos creen que el comportamiento cazador de esta manada podría estar relacionado con una adaptación a las condiciones locales de pesca, donde los lobos marinos, normalmente oportunistas, se alimentan de las capturas de los pescadores. “El hecho de que estas orcas estén utilizando tácticas de caza tan elaboradas en una zona donde no solemos verlas nos da pistas sobre cómo se adaptan a diferentes entornos y oportunidades alimenticias”, explica Fernández.
En las observaciones realizadas entre 2020 y 2023, el equipo ha documentado con drones cómo las orcas se coordinan para cazar, un comportamiento que hasta ahora no había sido visto en esta región. “Es sorprendente ver cómo los machos y las crías participan en la caza de delfines oscuros, lo que parece ser no solo un método de alimentación, sino también un tipo de aprendizaje social para los miembros más jóvenes de la manada”, señala la investigadora. Este tipo de comportamientos cooperativos, sumados al hecho de que las orcas comparten la comida con las crías, refuerza la teoría de que esta población podría estar reproduciéndose activamente en la región.
Un enigma genético y ecológico
A pesar del entusiasmo que ha despertado este descubrimiento, los científicos aún tienen preguntas sin respuesta sobre la identidad genética de esta manada de orcas. “Creemos que podrían pertenecer al ecotipo A, cuyas dietas están basadas en mamíferos marinos”, señala Fernández. Sin embargo, determinar su clasificación exacta requerirá análisis más profundos, como biopsias para estudiar su ADN, lo que puede ser un reto debido a la inteligencia y agilidad de estos cetáceos. Las orcas del hemisferio sur se han clasificado en varios ecotipos basados en sus preferencias alimenticias y características morfológicas, pero en esta zona todavía existe una gran cantidad de desinformación.
“Es probable que este grupo haya migrado desde el sur, siguiendo la corriente de Humboldt en busca de nuevas áreas de caza. A medida que cambian las condiciones climáticas y la disponibilidad de presas, estamos viendo cómo estos animales se adaptan y exploran nuevas fronteras”, comenta la bióloga.
Las orcas frente a las amenazas humanas: contaminación y tráfico marítimo
Sin embargo, no todo es optimismo. La creciente interacción entre las orcas y los humanos en esta región plantea preocupaciones significativas. La actividad industrial en la zona de Piura ha generado un aumento en los niveles de contaminación y la presencia de metales pesados en el agua. “Uno de los mayores peligros para estas orcas es la contaminación del agua, ya que las madres pueden acumular sustancias tóxicas en su grasa y pasarlas a sus crías a través de la leche materna, afectando la tasa de supervivencia”, advierte Fernández.
Otro factor que inquieta a los investigadores es el aumento del tráfico marítimo en la región. Con Piura siendo un puerto importante para la exportación de productos pesqueros e industriales, el riesgo de colisiones con barcos es cada vez mayor. “El tráfico marítimo representa una amenaza real para las orcas, especialmente para las crías que aún están aprendiendo a navegar. Necesitamos implementar medidas de conservación, como zonas de exclusión para evitar accidentes fatales”, sugiere la experta.
Un futuro incierto y la necesidad de conservación
Ricardo Aguilar, director de la ONG Oceana, coincide con Fernández en que el descubrimiento es solo el comienzo de una investigación más profunda sobre la presencia de orcas en esta parte del océano Pacífico. “Este estudio nos ofrece una base sólida para futuros proyectos de investigación y conservación. Es crucial monitorear su presencia y patrones migratorios para proteger a estas especies tan fascinantes”, comenta Aguilar, quien no participó en el estudio pero sigue de cerca los avances.
El hallazgo de esta manada de orcas en el norte de Perú ha generado un debate sobre la importancia de proteger no solo a las especies, sino también a los ecosistemas donde habitan. La conservación marina enfrenta grandes retos en esta región debido al desarrollo industrial y a los altos índices de contaminación, pero los científicos esperan que este descubrimiento impulse nuevas políticas de preservación.
El tiempo dirá si estas orcas seguirán regresando a las costas peruanas o si este ha sido un evento aislado. Mientras tanto, los investigadores se preparan para seguir documentando sus movimientos y entender mejor su papel en el ecosistema marino de la región.